Hay 10 competidores en Santiago 2023 y ya hay una medalla asegurada.
Habla el coach del seleccionado nacional Esteban Zarabozo.
A la sombra de competencias que se roban la atención de la mayoría de los espectadores, por sus figuras, su espectacularidad o su popularidad, y a ocho kilómetros del Estadio Nacional, el epicentro de Santiago 2023, la pelota vasca anima la acción de los Juegos Panamericanos, con Argentina como gran protagonista. En el Estadio Español de Las Condes, los pelotaris nacionales sueñan con alimentar el medallero albiceleste, como acostumbran hacer cada vez que se les abren las puertas de la gran cita continental.
Esta disciplina formó parte del programa panamericano solo en cuatro ediciones -Mar del Plata 1995, Santo Domingo 2003, Guadalajara 2011 y Lima 2019- y en todas hubo medallistas albicelestes. En total, el seleccionado argentino lleva ganadas 27 preseas, 13 de oro, cinco de plata y nueve de bronce. Y va por varias más en la capital chilena -ya tiene asegurada una, porque Federico Fernández se metió en la final de frontón-, para ratificar la exitosa historia de un deporte que en nuestro país se practica mucho, pero no se conoce tanto.
«Es más conocido de lo que parece, pero falta…», aclara en charla con Clarín Facundo Andreasen, el múltiple campeón argentino, mundial, y panamericano, quien compite en dobles masculino de pelota de goma en trinquete junto al puntano Alfredo Villegas. «Siempre digo que están todos los cabos sueltos y hay que unirlos para que se pueda explotar y divulgarse más. Es un deporte que está en las sombras, pero que siempre da que hablar, porque le va bien».
Y le va bien porque en pelota vasca Argentina es potencia, incluso con las dificultades que tiene al ser un deporte cuasi amateur, con pocos recursos y una infraestructura escasa.
La pelota se juega en 19 de las provincias argentinas. Aunque los focos de competencia más fuertes están en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba, que son los grandes semilleros del país y concentran los torneos más importantes.
«En trinquete Argentina es muy fuerte, porque tiene la liga más grande y con el mejor nivel del mundo. La competencia de frontón es un poco más informal, hay circuitos en los que se juegan partidos y ‘exhibiciones’ los fines de semana. En las otras 13 disciplinas de pelota no hay certámenes en el país», explicó Esteban Zarabozo, head coach del seleccionado.
Y agregó: «Nosotros estamos tratando de crecer en esas otras especialidades, desarrollando jugadores que se especialicen en esas disciplinas y generando competencia como torneos nacionales y abiertos como parte de la planificación del seleccionado. Es fundamental porque un deporte sin liga interna está condenado al fracaso».
Los pelotaris argentinos son muchos, pero solo algunos son jugadores semiprofesionales, que cobran por jugar, aunque no lo suficiente como para dedicarse solo a entrenar y competir.
«Eso pasa solo en trinquete y no son números del nivel del fútbol y otros deportes de primer nivel, obviamente. En el seleccionado hay algunos que están solo enfocados al deporte y otros que están estudiando o que tienen su profesión o su trabajo. Por eso el aporte de la Secretaría de Deportes y del ENARD es fundamental», contó el entrenador.
Otro desafío grande los presentan la infraestructura. En el país hay canchas de todas las especialidades, aunque la mayoría son de trinquete y frontón y muchas no son reglamentarias para torneos internacionales, lo que representa una desventaja para los argentinos cuando tiene que competir en torneos como los Panamericanos.
«Las canchas son un problema también para el tema de la difusión. Tiene poca capacidad de público y de cada diez, nueve son blancas, y se juega con pelotas negras. Y ninguna cámara alcanza a ver la pelota. Deberían ser como las de Santiago, azules con pelotas blancas», agregó Andreasen, quien se consagró campeón junto a Villegas en el Mundial de Biarritz 2022.
En los últimos años, igual, el deporte empezó a crecer mucho, con el trabajo de una dirigencia que, según el entrenador argentino, «viene rompiendo estructuras».
«En algún momento se hablaba de que teníamos que ser más profesionales. Yo veo un cambio, creo que el deporte está más organizado desde todos los aspectos y eso va atrayendo sponsors, porque ven que cada vez es más serio», analizó Zarabozo.
«Hay también un crecimiento a nivel de paleta -antes se jugaba con paleta de madera, ahora se usan de carbono, como las de padel- y eso atrae más marcas, también en cuanto a la ropa. Estamos en una etapa muy linda», agregó Andreasen.
El trabajo realizado desde la Confederación Argentina de Pelota potencia aún más la capacidad natural de los jugadores argentinos y eso hace que nuestro país siempre sea candidato.
«Tenemos un perfil de jugador que se adapta bastante fácil a todas las especialidades y a todos los tipos de canchas. Tenemos un estilo y una forma de jugar, mucha personalidad, mucha técnica y mucho amor propio. Y eso hace que siempre seamos muy competitivos», explicó Zarabozo.